La situación de la Atención Primaria (AP) en los centros de salud de nuestro país lleva muchos años deteriorándose y la pandemia solo le está dando la puntilla.
Los médicos de familia y pediatras de AP, desde este Foro de Atención Primaria y desde todas sus organizaciones y sociedades integrantes, han denunciado desde hace décadas la merma paulatina de presupuestos y de profesionales médicos. Los centros de salud del sistema público sanitario son, por la escasez de medios, la sobrecarga asistencial y la pobre gestión de las autoridades sanitarias, el destino menos atractivo para ejercer la medicina y la pediatría desde hace varios años. Tienen dotaciones limitadas y escaso personal médico de edad media avanzada y sin posibilidad de contratar suplentes. Existen puntos de urgencia, centros de salud y consultorios rurales que se han visto obligados a cerrar, ocasionado por la falta de profesionales. Muchos médicos de familia y pediatras han abandonado su actividad profesional en los centros de salud buscando mejores alternativas laborales
Los médicos de familia y pediatras de AP están preocupados por carecer del tiempo necesario para atender a las familias y para seguir ofreciendo una medicina resolutiva y de calidad como silenciosamente ha realizado antes y durante la pandemia. Están ahogados por el deber de atender las decenas de citas telefónicas para dar resultados de las PCR, peticiones de realización de certificados en muchas ocasiones absurdos e innecesarios y solicitudes infinitas de bajas laborales de casos sintomáticos, asintomáticos o contactos estrechos. Muchos médicos llevan semanas sin poder terminar de realizar todas las consultas telefónicas ni presenciales citadas en su jornada de trabajo. Y todo ello, sin haber empezado todavía el otoño.
Desde el inicio de la pandemia y con una orientación del sistema sanitario a la atención casi exclusiva de la Covid-19:
- Urge dar respuesta a un doble desafío: seguir atendiendo pacientes con enfermedad por coronavirus ─casos Covid-19─ y, a la vez, tratar a los pacientes crónicos y/o pluripatológicos que han estado confinados sin un seguimiento médico estrecho por el estado de alarma primero y ahora por el colapso del sistema hacia la atención Covid exclusivamente, pese a los elevados esfuerzos realizados por AP.
- Apremia aumentar los recursos humanos con contratos dignos. Son necesarios más médicos de familia y pediatras en AP para dar respuesta a ese doble desafío que se va a mantener en el tiempo y en el que la Atención Primaria juega un papel esencial tanto en la contención de la Covid-19 como en los tratamientos de los enfermos sin coronavirus.
- Echamos en falta la publicación periódica de datos oficiales que hagan referencia a la titánica actividad realizada por los profesionales sanitarios de AP estos últimos meses, así como su reconocimiento en los medios informativos.
- Apreciaríamos más apoyo por los políticos y gestores de la capacidad de resolución que está mostrando la atención primaria realizando cientos de miles de consultas y pruebas diagnósticas en el periodo estival con el objetivo de contener los casos de contagio y secundariamente evitar el colapso de la atención hospitalaria.
- Necesitamos medidas organizativas. No hay suficiente planificación de acciones ni recursos disponibles a nivel autonómico ni tampoco a nivel central. Existen decenas de protocolos escritos actualizados, pero faltan las medidas eficaces de los mandos intermedios para ponerlos en marcha.
- Denunciamos que la labor de diagnóstico y tratamiento de los médicos no se puede suplir por otros profesionales con formación distinta en cuidados a la población. Faltan médicos de familia y pediatras en Atención Primaria y suplirlos con otros profesionales sanitarios diferentes es engañar a los contribuyentes.
Proponemos algunas medidas para facilitar a los médicos de familia y pediatras que puedan seguir ofreciendo la calidad de atención que los ciudadanos merecen:
Respecto a las pruebas diagnósticas de Covid-19:
- Crear unidades específicas de apoyo para la realización de las PCR frente a coronavirus SarsCov-2 y la comunicación de resultados negativos y positivos. Si somos los médicos los responsables de comunicar a diario estos numerosos resultados, no queda tiempo disponible para atender a las familias e importantes enfermedades agudas y crónicas se diagnosticarán demasiado tarde.
- Delimitar, de forma oficial, las indicaciones para solicitar la PCR restringiendo su uso y especificando claramente las indicaciones de realizar serologías de la Covid-19.
- Informar a la población de las limitaciones de las pruebas diagnósticas actuales. Un resultado de PCR negativa puede virar de un día para otro y no hay capacidad para repetirla semanalmente.
- La realización de las PCR no será responsabilidad de los profesionales médicos.
Respecto al estudio y seguimiento de contagios y brotes:
El estudio y seguimiento necesario de los contagios y brotes requieren de recursos humanos y numerosas llamadas telefónicas que actualmente son la causa del colapso de los centros de salud.
- Mejorar la red de telefonía y la atención de la misma en los centros de salud, en estos momentos obsoleta y claramente insuficiente. Las llamadas se han multiplicado hasta más de un 400% en algunos centros de salud.
- Los rastreadores son imprescindibles para gestionar los brotes. Actualmente hay varias comunidades muy pobladas sin rastreadores suficientes y son los médicos y pediatras de AP los que realizan esta labor.
Respecto al exceso de tareas burocráticas:
- No es función de los médicos de familia ni de los pediatras justificar las faltas de asistencia al colegio ni tampoco a los institutos.
- De igual modo se recuerda que la incapacidad temporal es un acto médico, que se prescribe a una persona solo en caso de incapacidad física o psíquica que le imposibilite la realización de su trabajo habitual, formando parte del proceso terapéutico, de igual manera que el tratamiento médico, quirúrgico o rehabilitador. La baja laboral está basada por tanto en un criterio clínico o, dentro del contexto epidémico actual, un criterio profiláctico en caso de aislamiento por contacto directo con un caso positivo.
- Por tanto, no es competencia de los médicos el justificar la ausencia laboral de los padres en los casos en los que su hijo no presente positividad virológica.
En estos casos, el organismo correspondiente deberá articular y gestionar los mecanismos oportunos para paliar la situación, pero en ningún caso como baja médica, pues de esta forma se está medicalizando una circunstancia que no lo es, y se hace responsables a los médicos de familia de algo que no les compete, que añade una sobrecarga más a la ya sobrecargada Atención Primaria y que sin duda llevará a un enfrentamiento con los usuarios afectados con el previsible incremento de agresiones.
Otras sugerencias:
- Realizar mejores campañas de autocuidados apelando a la responsabilidad de los ciudadanos de no acudir varias veces al día, ni varios días sucesivos por el mismo motivo leve a urgencias o al centro de salud. En estos momentos, no hay capacidad de atender, reiterativamente, las consultas banales de los ciudadanos con pocos síntomas catarrales o diarreas o erupciones leves, por otra parte, innecesarias.
- Incrementar las indicaciones y el periodo de administración de la vacuna de la gripe durante esta temporada.
- Mejorar las escasas retribuciones. Valorar abonar con generosidad las horas extra a cualquier médico de familia o pediatra que, de forma voluntaria, acepte prolongar su jornada laboral.
- Flexibilizar al máximo los horarios de conciliación para los profesionales sanitarios que tengan a sus cuidados niños, ancianos o personas vulnerables.
Las organizaciones integrantes del Foro de Atención Primaria quieren incidir en que es ahora el momento de apoyar a los centros de salud. O los apoyan inmediatamente o será ya muy tarde para la AP y para todo el sistema público nacional de salud.
Desde el Foro de Atención Primaria felicitamos con mucho afecto a los médicos de familia y pediatras de Atención Primaria por la ingente labor que están realizando y los animamos a cuidarse y a protegerse.
Apelamos a la recuperación de un plan de defensa de la AP basado en el decálogo de este foro, en el reciente Plan de reconstrucción del congreso y también en el Marco estratégico de la Atención Primaria de Salud 2019, con su sede situada en la oficina ejecutiva de AP y Comunitaria inaugurada hace exactamente un año.
No sabemos si se ha abandonado a la AP a la deriva buscando de forma deliberada su hundimiento para proceder entonces a la privatización o al copago, cuando la situación sea ya completamente irreversible.
Las consultas de los centros de salud son, en algunas comunidades autónomas, un infierno donde la administración ha dejado solos a los médicos, a los pediatras y al resto de profesionales. Existe el riesgo de que el precario escenario aquí descrito y la gran ansiedad que producen las agendas sobrecargadas y la necesidad de diagnosticar rápido en esta situación de incertidumbre epidemiológica, desemboque en un aumento de burnout entre los profesionales que trabaja en AP.
Con la misma gravedad, sin embargo, hay que señalar otros peligrosos riesgos a los que hoy siguen expuestos los médicos y que actúan como elemento multiplicados: el riesgo de contagio y a las agresiones verbales y físicas a las que estamos sometidos.
Ya se empiezan a ver las primeras señales de la muerte anunciada. Ya hay servicios de urgencia e instalaciones de centros de salud y consultorios cerradas por la falta de personal y por falta de presupuestos.
El Foro de Atención Primaria lleva desde hace varios años anunciando este desastre y el coronavirus SarsCov-2 sólo está anticipando el final, está dando la puntilla a la AP de la Salud.
Como resumen, valga esta viñeta de Mónica Lalanda publicada recientemente en Acta Sanitaria