Fuente: Fundación para la Formación de la OMC
La pandemia por la COVID-19 ha puesto de manifiesto que los médicos necesitan herramientas para poder afrontar esta crisis sanitaria. En este contexto, destacamos la necesidad de dar formación en habilidades emocionales que ayuden a gestionar mejores sentimientos intrínsecos a la profesión médica, como son la incertidumbre, el estrés o el miedo, y que son factores involucrados en la aparición del burn-out. Cuidarnos mejor nos permitirá cuidar mejor a los ciudadanos.
La sobrecarga de trabajo, el contacto con el sufrimiento y la muerte, sentirse responsable de vidas humanas, la incertidumbre en la práctica médica, la posibilidad de ser demandado por mala práctica y el tener que transmitir malas noticias, pueden llevar a los servidores de la salud a reacciones como aislamiento, irritabilidad, omnipotencia, insatisfacción laboral, las cuales se reflejan en ausentismo, accidentes laborales y conflictos interpersonales con los compañeros de trabajo o con los usuarios.
Solicitada acreditación a SEAFORMEC/UEMS