La Conselleria de Sanidad ha designado a la Unidad de Hipertensión Pulmonar del Hospital General Universitario Doctor Balmis como unidad de referencia en la provincia de Alicante para el tratamiento de pacientes afectados por esta enfermedad crónica.

La unidad, integrada en el Servicio de Neumología, que dirige el doctor Luis Hernández, fue creada hace más de 20 años, en los que ha estado liderada por el doctor Joan Gil hasta su reciente jubilación como jefe de servicio. Cuenta, por tanto, con una larga experiencia en la atención a pacientes de la provincia, un alto nivel de competencia y de especialización en la confirmación diagnóstica y el tratamiento de esta enfermedad, con la resolución de la complejidad de la misma hasta el momento en que debe considerarse el trasplante pulmonar.

Por ello, la acreditación supone un logro para los profesionales que forman parte de la unidad, las doctoras Raquel García Sevila, jefa de Sección de Neumología; Irene Rodríguez Galán y Paloma Ruiz, profesionales de enfermería especializada, así como para el resto de servicios implicados.

En estas dos décadas de trabajo se ha valorado a más de 300 pacientes, de los cuales alrededor de 200 cuentan con diagnóstico de hipertensión arterial pulmonar o hipertensión pulmonar tromboembólica crónica. “Recibimos al menos una o dos propuestas por semana para valoración de pacientes, lo que supone unas 100 al año, con un crecimiento que ha sido exponencial en los últimos años”, ha apuntado la doctora Raquel García.“Este reconocimiento facilita algo muy importante: la derivación precoz a la unidad de referencia, dado que en ella contamos con el equipo y el personal tanto médico como de enfermería necesario para los cuidados que requiere la atención de esta compleja patología, cuyo abordaje ha de ser multidisciplinar”, ha subrayado la doctora Paloma Ruiz.

En este sentido, la unidad trabaja en estrecha colaboración, entre otros, con los servicios de Cardiología, Radiología, Reumatología, Medicina Digestiva y Farmacia Hospitalaria. También, la unidad cuenta con Enfermería especializada tanto de Neumología como de Radiología Intervencionista. Algunos de los pacientes son portadores de tratamientos parenterales, por lo que precisan la administración continua de medicación, quizás durante años, por vía intravenosa o subcutánea con bombas de perfusión continua y accesos venosos, lo que hace que sea fundamental la educación por parte del personal de Enfermería en el manejo de estas bombas y la solución a los problemas que puedan tener los pacientes con los catéteres.

Actualización en hipertensión pulmonar

 Coincidiendo con la acreditación reciente de la unidad, se han celebrado en el salón de actos del Hospital Doctor Balmis las ‘I Jornadas de hipertensión pulmonar’, que han sido organizadas por este equipo de profesionales. En ellas se está realizando una revisión global de la enfermedad, con diferentes charlas a cargo de profesionales de los servicios implicados en el tratamiento de la patología y se ha hecho especial hincapié en la importancia del diagnóstico precoz y la derivación de los pacientes a la unidad de referencia. “Es de vital importancia que estos pacientes sean valorados por expertos en la patología, ya que se trata de una enfermedad grave, compleja, poco frecuente, pero con altas tasas de mortalidad si no es correctamente diagnosticada ni tratada”, han subrayado los organizadores.

Asimismo, en las jornadas se ha presentado un proyecto elaborado en colaboración con el Servicio de Farmacia Hospitalaria, en concreto con la farmacéutica Ángela Pascual, que busca trabajar en red con el resto de farmacias hospitalarias. El objetivo es lograr, a través de la educación sanitaria a los pacientes, una mejor titulación de los fármacos y reducir las visitas de los pacientes a los servicios de farmacia.

Una enfermedad con un alto impacto

La hipertensión pulmonar es un problema de salud mundial con una prevalencia estimada del 1% de la población, pero con un alto impacto por su elevada mortalidad. Clásicamente, el perfil de paciente con hipertensión pulmonar era el de una mujer joven sin enfermedades asociadas. Sin embargo, en la última década, los datos demográficos y las características de los pacientes con esta enfermedad han cambiado y esto ya no es así. La edad media de los pacientes es de 50 años, siendo las comorbilidades cardiacas y pulmonares muy frecuentes en ellos.

De hecho, los síntomas de esta enfermedad pueden confundirse con los de otras enfermedades respiratorias o cardiacas, por lo que el diagnóstico puede retrasarse hasta un promedio de dos años desde el inicio de la clínica por parte del paciente. Esta situación contribuye al deterioro de la calidad de vida e incide en la progresión de la enfermedad, lo que acorta la supervivencia.

 

 

 

 

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