El Consejo Autonómico de Colegios de Médicos Valencianos (CCMV) mantiene el frente común de los médicos de la Comunidad Valenciana contra el borrador del Estatuto Marco promovido por el Ministerio de Sanidad.
De esta forma, los representantes de los Colegios de Médicos de Alicante, Castellón y Valencia, manifiestan públicamente su adhesión a la jornada de huelga médica nacional liderada por la Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM) para el próximo 3 de octubre, que ha sido respaldada de forma unánime por el Foro de la Profesión Médica de España, en el cual participa la Organización Médica Colegial de España (OMC).
Dicho borrador mantiene una clasificación profesional inadecuada para los médicos, ignora la necesidad de un desarrollo profesional continuo y empeora de forma sustancial las condiciones laborales del colectivo médico, que ya actualmente mantiene gravísimos agravios comparativos con cualquier otro sector profesional dentro o fuera del sistema sanitario, como la no cotización de las horas de guardia como tiempo trabajado.
Entre los aspectos más lesivos destacan la supresión de derechos básicos, como la referencia al descanso mínimo de 36 horas, la prolongación de la jornada laboral sin límite máximo en caso de “necesidades del servicio”, o la negativa a retribuir las horas de guardia al menos en igualdad con las ordinarias. Añádase un retroceso en cuestiones clave como la conciliación o la estabilidad laboral.
Desde el CCMV se insiste en que defender unas condiciones labores dignas para el colectivo médico es defender una asistencia sanitaria de calidad y seguridad para los ciudadanos.
Por todo ello, el CCMV considera necesario la elaboración de un estatuto propio para la profesión médica que recoja y normativice las especiales condiciones de trabajo que se le exigen al médico y la responsabilidad que recae en nuestro colectivo profesional, que son distintas al resto de categorías profesionales.
En este contexto, el Consejo Autonómico hace un llamamiento a la unidad del colectivo médico ante una normativa que condicionará el futuro de la profesión y de nuestro sistema sanitario. El colectivo médico no pretende ser más que nadie, pero no puede conformarse con que se le apliquen menos derechos básicos o laborales que a los demás ciudadanos.