La Fundación para la Cooperación de la Organización Médica Colegial, en línea con la iniciativa Health Care In Danger del Comité Internacional de la Cruz Roja denuncia la violencia contra los sanitarios y solicita la protección a la población civil y a la atención de salud en las zonas de conflicto.

Desde que dio comienzo el conflicto en Gaza, la Organización Mundial de la Salud ha registrado más de 250 ataques a objetivos sanitarios, lo que ha provocado la inadmisible muerte de cerca de un centenar de profesionales sanitarios y ha puesto en riesgo la vida de numerosos pacientes. La mitad de los hospitales y dos tercios de los centros de salud han tenido que cerrar y solo nueve de los 22 centros de salud de la UNRWA siguen operativos en el sur.

Desde la iniciativa Health Care In Danger, a la que se suma la FCOMCI, se recuerda que es en las hostilidades cuando más se necesitan los servicios de asistencia de salud, pero ése es también su momento de mayor vulnerabilidad a los ataques. Esta violencia altera el funcionamiento del sistema de salud cuando las personas más lo necesitan. Los combatientes y los civiles mueren solamente porque se les impide recibir a tiempo la atención médica que requieren. Comunidades enteras quedan sin servicios vitales, como la atención de maternidad, la pediatría y la vacunación. A veces, las perturbaciones son tan graves que causan el colapso del sistema entero.

La violencia contra el personal y las instalaciones de salud y los vehículos sanitarios es, por consiguiente, una cuestión humanitaria con efectos generalizados y de largo plazo.

Todos los ataques contra trabajadores y centros sanitarios están prohibidos por el Derecho Humanitario

Desde FCOMCI se reitera que hospitales y personal médico están específicamente protegidos por la ley humanitaria internacional, por lo que no pueden ser objetivos de ataques militares, y operaciones en ellos o sus alrededores deben tener especial cuidado en proteger a pacientes, sanitarios y otros civiles.

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