- La segunda ola de la pandemia por COVID-19 está descontrolada y la aplicación de medidas es fragmentada, incompleta, y descoordinada
- La crispación política contamina la relación y diálogo dentro del mundo científico y profesional
- El mundo científico y profesional debe de dar un paso adelante para ser interlocutores directos con la comunidad
- La forma más efectiva y eficiente de controlar pandemias es conjugando el “tratamiento social” con el enfoque clínico
- Urge un sistema eficaz de vigilancia epidemiológica, con recursos y competencias en detección, rastreo y seguimiento de casos
- Es esencial reforzar la Atención Primaria y conectarla con el sistema de Salud Pública
- Es imprescindible re-priorizar la asistencia no-COVID, haciéndola visible en el radar de las estrategias y los planes de contingencia
- Decae la conciencia social y el compromiso se debilita con el paso de los meses y la falta de un plazo creíble de resolución del problema
- Es prioritario amortiguar las consecuencias económicas graves y específicas que producen las medidas de confinamiento y control de la interacción social para que la palanca sanitaria y la económica no se bloqueen mutuamente
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