El Dr. Ángel L. Abad ha sido el invitado especial de “Salud ConCiencia” de Alacantí Televisión, espacio ofrecido por el Colegio de Médicos de Alicante (COMA) para informar y divulgar siempre desde la evidencia científica, e intentar así mejorar la educación en salud de los ciudadanos. En esta ocasión, el endocrinólogo y coordinador de la Unidad de Nutrición y Dietética del Hospital General Universitario Dr. Balmis de Alicante, miembro de la Sociedad Valenciana de Endocrinología, Diabetes y Nutrición (SVEDYN), de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), y de la Sociedad Española de Nutrición Clínica y Metabolismo (SENPE), centró su mensaje en la importancia de una alimentación saludable para las personas mayores, ofreciendo consejos sobre cómo adaptar la dieta a las necesidades específicas de este colectivo, con tanto peso en la sociedad actual.

Así, el Dr. Abad explicó que con el envejecimiento, “nuestros órganos se deterioran, ganamos más grasa que suele acumularse en el abdomen y nuestro metabolismo empeora. Nuestro músculo, un componente cada vez más importante en la nutrición, se reduce y con el avance de los años cuesta más potenciarlo. Todo esto, junto con las alteraciones en la masticación, en el esófago, en el intestino, hace que aumente el riesgo de que la alimentación no sea lo suficientemente absorbida. Sabemos en positivo que una alimentación saludable alarga la vida y también lo sabemos en negativo: los pacientes desnutridos necesitan más tratamientos, ingresan más y tienen más mortalidad”. El protagonista de Salud ConCiencia subrayó que una dieta equilibrada no solo prolonga la vida, sino que también mejora la calidad de esa vida y para conseguirlo “el patrón oro alimentario es la dieta mediterránea”, fundamental para gozar de salud en la vejez, sentenció el reconocido endocrinólogo.

Errores comunes en la alimentación de las personas mayores

El Dr. Abad destacó que una de las principales equivocaciones en la alimentación de los mayores es seguir dietas demasiado restrictivas, eliminando grasas o lácteos, por ejemplo. El coordinador de la Unidad de Nutrición y Dietética del Dr. Balmis matizó que estos alimentos son fundamentales para el aporte de calcio y otros nutrientes esenciales, por lo que “estas restricciones son muchas veces negativas para una alimentación saludable”. Además, indicó que factores como la soledad, la depresión o problemas de movilidad pueden afectar negativamente los hábitos alimenticios.

Para corregir estos errores, el Dr. Abad recomendó seguir la dieta mediterránea, caracterizada por un adecuado equilibrio de macronutrientes y micronutrientes. Ésta incluye hidratos de carbono integrales, proteínas magras (pescado, carnes blancas y huevos), frutas, verduras, legumbres y lácteos. Insistió en que este modelo de alimentación es clave para mantener una buena salud.

La disfagia: un problema creciente

El Dr. Abad alertó también sobre la disfagia, una alteración en la deglución, que preocupa a los endocrinólogos, sobre todo durante el envejecimiento. Y es que puede provocar desnutrición y aumentar el riesgo de broncoaspiraciones, lo que puede derivar en infecciones pulmonares graves. Identificó algunos signos de alarma, como tos tras la ingesta de líquidos, regurgitaciones o cambios en la voz y destacó la importancia de detectar la disfagia a tiempo para evitar complicaciones graves. Para adaptar la alimentación de quienes padecen disfagia, el especialista recomendó el uso de espesantes para líquidos y la preparación de dietas trituradas, evitando las texturas mixtas.

El Dr. Abad visibilizó además otro grave efecto de la disfagia, que no solo afecta a la salud física, sino también a la social: “muchas personas que la padecen dejan de asistir a reuniones o comidas familiares por temor a sus dificultades para comer, lo que puede aumentar el aislamiento y la depresión”.

Las dietas milagro y el peligro de la desinformación

Por último, el Dr. Abad concienció sobre los peligros de las dietas «milagro» que suelen promocionarse en redes sociales y que pueden resultar perjudiciales para la salud. “Son dietas disociadas, es decir, no siguen el reparto de macronutrientes habitual: de hidrato de carbono, de proteína o de grasa, que usamos habitualmente en una dieta normal. Generalmente pueden tener por ejemplo, más proteína de la recomendada, y muchas veces asocian también una restricción de hidratos de carbono, las típicas dietas cetogénicas, que están ahora tan de moda.  Y ése es el peligro, como no son equilibradas, a largo plazo no son buenas para la Salud en condiciones normales. En el paciente mayor, que necesita una alimentación más saludable porque está en un período crítico, peor todavía”, sentenció el coordinador de la Unidad de Nutrición y Dietética del Hospital General Universitario Dr. Balmis de Alicante.

 

 

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