El Examen MIR 2025 ha generado una profunda preocupación en el colectivo médico. Este año, la prueba ha sido significativamente más extensa que en convocatorias anteriores, alcanzando aproximadamente una página y media adicional, con un total de alrededor de 130.000 caracteres. La longitud del examen, junto con la complejidad de las preguntas, ha representado un desafío desproporcionado para los más de 15.000 aspirantes, quienes se enfrentan a una de las encrucijadas más trascendentales de su vida y que, no lo olvidemos, aspiran solamente a un contrato de FORMACION.
Miles de médicos, tras meses de preparación intensiva y sometidos a elevados niveles de estrés, se han encontrado con un examen que no parece haber sido diseñado solo para evaluar sus conocimientos, sino que más bien parecía querer poner a prueba su resistencia física y mental: preguntas extensas, con un aluvión de datos, que han dificultado la concentración y han hecho que incluso cuestiones no especialmente difíciles se volvieran desafiantes, provocando frustración, ansiedad y desánimo entre los aspirantes. ¿Cuál es el objetivo de un examen que sobrecarga innecesariamente a quienes representan el futuro de la atención médica en nuestro país? ¿Por qué no se considera el impacto emocional y psicológico que el resultado de una prueba de estas características puede tener en nuestros futuros médicos?
No podemos ignorar que este examen MIR 2025 se suma a una serie de situaciones que parecen encaminadas a vilipendiar nuestra profesión. Vamos de polémica en polémica: la imposición de elección telemática de plazas MIR en 2020 ha tenido en vilo varios años a nuestros aspirantes a especialistas, ante la incertidumbre de obtener una selección equivocada en la plaza que condicionaría su futuro profesional, y que casualmente ha coincidido con un aumento de plazas no ocupadas. En 2024 tocó protestar ante una pregunta que insultaba y faltaba el respeto a un médico de 50 años, que por tener retraso en su consulta se le atribuía un trastorno psiquiátrico, a elegir entre 4 disponibles en las respuestas; y llegamos a 2025 donde aumenta la falta de empatía en el diseño de la prueba de este año. ¿Cuál es el objetivo de este examen? ¿Medir los conocimientos médicos y actitudes humanísticas de los aspirantes o debilitar la autoestima y liderazgo de los futuros especialistas del Sistema Nacional de Salud (SNS)? ¿Generar un orden de excelencia o seleccionar mediante una prueba de resistencia a los más aptos para aguantar la sobrecarga laboral que les espera? ¿A quién beneficia un examen de extrema dificultad, cuando no hay nota de corte para aprobar? Nos gustaría que los responsables de la elaboración del examen respondieran a estas cuestiones.
En un contexto donde el autocuidado y la salud mental son prioridades que fomentamos desde el Colegio de Médicos de Alicante, siguiendo la senda marcada por la Organización Médica Colegial (OMC), resulta paradójico encontrarnos con un examen que parece ir en contra de esos principios. ¿Cómo podemos construir un Sistema Nacional de Salud fuerte si desmotivamos y agotamos emocionalmente a nuestros médicos desde el inicio de su carrera profesional? ¿Cómo calificar desde el punto de vista deontológico este tipo de hechos, en los que por desgracia en ocasiones participan compañeros nuestros?
Desde el COMA, hacemos un llamamiento a las autoridades competentes para que reconsideren el diseño y los objetivos del examen MIR. Es fundamental garantizar una evaluación justa, equilibrada y que respete la dignidad de nuestros futuros médicos y que, responda de verdad a los principios constitucionales de igualdad, mérito y capacidad. No somos números ni estadísticas. Somos profesionales comprometidos con el bienestar de la sociedad. Es hora de que ese compromiso sea recíproco, pues en caso contrario, seguirá la diáspora de nuestros compañeros noveles, para ir a donde se les respeta y considera, tanto profesional como laboralmente, allá donde se les reconozca su valía, en su más amplio y profundo sentido.
Junta Directiva Colegio Oficial de Médicos de Alicante (COMA)